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Declaración de Kimberley
Cumbre Internacional de los Pueblos Indígenas sobre Desarrollo Sostenible
Territorio Khoi-San Kimberley, Sudáfrica, 20-23 de agosto de 2002
Nosotros, los Pueblos Indígenas, caminamos
hacia el futuro sobre las huellas de nuestros ancestros.
Preámbulo de la Declaración de Kari-oca, Brasil 30 de Mayo de 1992
Nosotros, los Pueblos Indígenas del Mundo aquí reunidos reafirmamos la
Declaración de Kari-Oca y la Carta de la Tierra de los Pueblos Indígenas.
Desde 1992, los ecosistemas de la Tierra están siendo arrasados por el
cambio. Estamos en medio de una crisis. Estamos en una espiral acelerada
de cambio climático que no resistirá la codicia insostenible.
Hoy reafirmamos nuestra relación con la Madre Tierra y nuestra
responsabilidad con las generaciones futuras de mantener la paz, la
equidad y la justicia. Reafirmamos nuevamente nuestras declaraciones
previas sobre sostenibilidad humana y ambiental.* Continuamos insistiendo
en los compromisos que se hicieron en la Cumbre de la Tierra, como queda
reflejado en esta Declaración Política y en el Plan de Acción que la
acompaña. Los compromisos adquiridos con los Pueblos Indígenas en la
Agenda 21, incluida nuestra participación plena y efectiva, no han sido
llevados a la práctica debido a la falta de voluntad política.
Como pueblos, reafirmamos nuestro derecho a la autodeterminación y a
poseer, controlar y manejar nuestras tierras y territorios ancestrales,
aguas y otros recursos. Nuestras tierras y territorios son la base de
nuestra existencia - somos la tierra y la tierra es nosotros; tenemos una
relación especial, espiritual y material con nuestras tierras y
territorios, que están íntimamente unidos a nuestra supervivencia, y a la
preservación y mayor desarrollo de nuestros sistemas de conocimiento y
nuestras culturas, a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad
y al manejo de los ecosistemas.
Tenemos derecho a definir y establecer prioridades y estrategias para
nuestro autodesarrollo y el uso de nuestras tierras, territorios y otros
recursos. Exigimos que se obtenga nuestro libre consentimiento
fundamentado previo antes de la aprobación de cualquier proyecto que
afecte a nuestras tierras, territorios y otros recursos.
Nosotros somos los pueblos originarios ligados a la tierra por nuestros
cordones umbilicales y los restos de nuestros antepasados. Nuestros
lugares especiales son sagrados y exigimos el mayor respeto. Perturbar los
restos de nuestras familias y ancianos es una profanación de gran magnitud
y constituye una grave violación de nuestros derechos humanos. Pedimos la
repatriación total e inmediata de todos los restos humanos de los Khoi-San
actualmente conservados en museos y otras instituciones en todo el mundo,
al igual que los restos humanos de todos los demás Pueblos Indígenas.
Mantenemos el derecho sobre nuestros lugares sagrados y ceremoniales y
sobre nuestros restos ancestrales, incluido el de acceso a los lugares de
enterramiento, arqueológicos e históricos. Sin el libre consentimiento
fundamentado previo de los poseedores del conocimiento tradicional, el
conocimiento tradicional no es del dominio público sino que es propiedad
cultural e intelectual, protegida bajo el derecho consuetudinario. El uso
no autorizado y la apropiación indebida del conocimiento tradicional son
una usurpación.
El reconocimiento y la aceptación nacional, regional e internacional de
los Pueblos Indígenas es fundamental para conseguir la sostenibilidad
humana y ambiental. Nuestros sistemas de conocimiento tradicional deben
ser respetados, promovidos y protegidos, y deben garantizarse y asegurarse
nuestros derechos colectivos de propiedad intelectual.
La globalización económica constituye uno de los principales obstáculos
para el reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas. Las
corporaciones internacionales y los países industrializados imponen su
agenda global a las negociaciones y acuerdos del sistema de las Naciones
Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la
Organización Mundial del Comercio y a otros organismos, limitando los
derechos consagrados en las constituciones nacionales y en los Convenios y
acuerdos internacionales. La extracción insostenible, la recolección, los
modelos de producción y consumo han llevado al cambio climático, la
contaminación generalizada y la destrucción del medio ambiente,
expulsándonos de nuestras tierras, con el resultado de enormes niveles de
pobreza y enfermedad.
Nos preocupa seriamente que las actividades de las corporaciones mineras
multinacionales en las tierras indígenas hayan provocado la pérdida y la
profanación de nuestras tierras, como ha sucedido en el territorio Khoi-San.
Estas actividades han causado enormes problemas de salud, han interferido
en el acceso a, y la ocupación de, nuestros lugares sagrados, han
destruido y agotado a la Madre Tierra y minado nuestras culturas.
Nosotros tenemos la responsabilidad de defender las tierras y comunidades
indígenas de la explotación de los gobiernos, las agencias de desarrollo,
la empresa privada, las ONG y los particulares. Los Pueblos Indígenas no
somos objetos de desarrollo turístico. Somos participantes activos con
derechos y responsabilidades hacia nuestros territorios, así como en el
proceso de planificación, ejecución y evaluación del turismo.
Reconociendo el papel esencial que el pastoralismo, la caza y la
recolección desempeñan en la subsistencia de numerosos Pueblos Indígenas,
exigimos a los gobiernos que reconozcan, acepten, apoyen e inviertan en el
pastoralismo, la caza y la recolección como sistemas económicos viables y
sostenibles.
Reafirmamos el derecho de nuestros pueblos, naciones y comunidades,
nuestras mujeres, hombres, ancianos y jóvenes al bienestar físico, mental,
social y espiritual.
Estamos decididos a asegurar la participación igualitaria de todos los
Pueblos Indígenas del mundo en todos los aspectos de la planificación para
un futuro sostenible, incluyendo a las mujeres, hombres, ancianos y
jóvenes. El acceso igualitario a los recursos es un requisito para
conseguir dicha participación.
Pedimos a las Naciones Unidas que promuevan el respeto al reconocimiento,
la observancia y el cumplimiento de los tratados, acuerdos y otros
arreglos constructivos establecidos entre los Pueblos Indígenas y los
Estados, o sus sucesores, de acuerdo con su espíritu e intención
originales, y que hagan que los Estados honren y respeten esos tratados,
acuerdos y arreglos constructivos.
El idioma ha sido la voz de nuestros ancestros desde el comienzo de los
tiempos. Preservar, asegurar y desarrollar nuestros idiomas es
extremadamente urgente. El idioma es parte del alma de nuestras naciones,
de nuestro ser, es el camino hacia el futuro.
Estamos dispuestos a establecer asociaciones con las agencias
internacionales, los gobiernos, el sector privado y las corporaciones,
para conseguir la sostenibilidad humana y ambiental, siempre que esas
asociaciones se establezcan de acuerdo con los siguientes principios:
honestidad, transparencia y buena fé; libre consentimiento fundamentado
previo del pueblo afectado; respeto y reconocimiento de nuestras culturas,
idiomas y creencias espirituales; y nuestros derechos a la tierra y a la
autodeterminación.
Damos la bienvenida al establecimiento del Foro Permanente sobre las
Cuestiones Indígenas y pedimos a las Naciones Unidas que aseguren todo el
apoyo político, financiero e institucional necesario para que pueda
funcionar de forma efectiva de acuerdo con su mandato, tal y como se
contiene en la Resolución E/2000/22 del Consejo Económico y Social.
Apoyamos la continuidad del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre
Poblaciones Indígenas, basándonos en la importancia de su mandato para
establecer normativas internacionales sobre los derechos de los Pueblos
Indígenas.
Solicitamos la realización de una Conferencia Mundial sobre Pueblos
Indígenas y Desarrollo Sostenible como culminación del Decenio
Internacional de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas
(1995-2004) y como una forma concreta de seguimiento de la Cumbre Mundial
de Desarrollo Sostenible.
Continuamos reuniéndonos en el espíritu de unidad inspirado por el pueblo
Khoi-San y su hospitalidad. Reafirmamos nuestra solidaridad mutua como
Pueblos Indígenas del mundo en nuestra lucha por la justicia social y
ambiental.
* Incluyendo el Proyecto de Declaración de
las Naciones Unidas los Derechos de los Pueblos Indígenas, la Carta de la
Alianza Mundial de los Pueblos Indígenas y Tribales de los Bosques
Tropicales, la Declaración de Mataatua y la Declaración de Santa Cruz
sobre propiedad intelectual, la Declaración de Leticia de los Pueblos
Indígenas y otros pueblos dependientes de los bosques sobre el uso
sostenible y manejo de todos los tipos de bosques, la Carta de los Pueblos
Indígenas del Artico y de la Lejana Siberia Oriental, la Declaración
Política de Bali de los Pueblos Indígenas y la Declaración de los Pueblos
Indígenas de África Oriental en la reunión preparatoria regional de la
CMDS.
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