Palacio de las Naciones Unidas
Nueva York 14 de mayo del 2002
Marcos Matías Alonso
Experto del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas
Deseo en primer lugar, transmitir un fraternal
saludo a mis hermanos y hermanas indígenas de las distintas regiones del
mundo.
Mi agradecimiento al Sr. Iván Simonivíc, Presidente del Consejo Económico
Social por las diversas muestras de apoyo en favor de los pueblos
indígenas.
Mi reconocimiento a la Sra. Mary Robinson, Alta Comisionada para los
Derechos Humanos, por su incansable esfuerzo en la causa de nuestros
pueblos.
Indudablemente, mi aprecio a la Sra. Erica I. Daes, por sus diversas
contribuciones y estudios en temas relevantes en materia indígena.
Valoro la contribución de la hermana Rigoberta Menchu Tum, Premio Nobel de
la Paz, por sus sabios consejos e incansable labor, para que el Foro
Permanente; siembre, desde sus primeros pasos, la armonía, el diálogo, el
consenso, el respeto y la solidaridad. Sin duda, estos legados, serán
fuente de inspiración que orientarán nuestro trabajo.
En esta celebración histórica, deseo expresar las siguientes reflexiones:
Primero: Reconocer el creciente interés y el compromiso de las Naciones
Unidas al tema de los pueblos indígenas. El nombramiento del Relator
Especial sobre la situación de los Derechos Humanos y las libertades
fundamentales de los indígenas en la Comisión de Derechos Humanos y el
Establecimiento de un Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas en el
Consejo Económico y Social, representan dos mensajes de gran trascendencia
para el futuro de los pueblos indígenas del mundo.
Segundo: La concreción del Foro Permanente cristaliza una demanda
largamente anhelada por los pueblos indígenas del orbe. Las Naciones
Unidas son el espejo del mundo. Toda la variedad y pluralidad humana y
cultural se refleja en su interior. Por décadas, faltó el rostro de los
más olvidados, los más pequeños, los sin voz, los más pobres de los pobres
en el mundo: los pueblos indígenas. Hoy estamos aquí, en esta Gran Casa de
las Naciones Unidas, dando pasos sólidos para convertirnos en sujetos de
derecho internacional, como lo señaló acertadamente el Dr. R. Stavenhaguen.
Tercero: La idea pionera de establecer un Foro Permanente fue presentado a
fines de la década de los ochenta en el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones
Indígenas de las Naciones Unidas. Rendimos tributo a los precursores que
forjaron el sueño que hoy se hace realidad. Una iniciativa mundial que
nació desde una instancia no gubernamental y se expandió en una gran parte
de la estructura del sistema de las Naciones Unidas. Se promovieron
conferencias internacionales, talleres regionales, consultas a los
gobiernos, seminarios, recomendaciones de expertos, proyectos de
resolución y un cúmulo de declaraciones de los pueblos, que gestaron la
histórica Resolución 2000/22 del Consejo Económico y Social, el cual
ordena el Establecimiento de un Foro Permanente para las Cuestiones
Indígenas.
Revisemos el espíritu central de la Resolución. El Foro Permanente tiene
el mandato de examinar los "mecanismos, procedimientos y programas
existentes de las Naciones Unidas con respecto a las poblaciones indígenas",
para identificar fortalezas y debilidades de las agencias con programas en
las regiones indígenas del mundo. El Foro Permanente examinará temas
relativos al desarrollo económico y social, la cultura, el medio ambiente,
la educación, la salud y los derechos humanos.
Cuarto: En este contexto, es necesario reconocer que en el marco del
Decenio Internacional de lo Pueblos Indígenas (1994-2004), algunos
organismos especializados de la ONU, avanzaron en el diseño de sus
directrices operativas para fortalecer el derecho al desarrollo, la
participación y la consulta indígena. Sin embargo, hay instancias de la
ONU que se encuentran restringidas, sigue siendo insuficiente la visión
indígena del desarrollo en los programas de cooperación internacional. El
Foro Permanente, en estrecha colaboración con los pueblos, los gobiernos y
el sistema de las Naciones Unidas, fomentarán investigaciones sobre las
condiciones socioeconómicas de los pueblos indígenas, con miras a publicar
informes periódicos que permitan dar cuenta del Estado Mundial del
Desarrollo Indígena.
Quinto: En el trabajo inmediato del Foro Permanente, será de suma
importancia, aprovechar la valiosa contribución del Informe del Sr.
Secretario General de la ONU, sobre el Examen de los mecanismos,
procedimientos y programas existentes de las Naciones Unidas con respecto
a las poblaciones indígenas. Este reporte presentado a la Asamblea General
el 14 de noviembre de 1996, reconoció en la OIT y al BM como a las
primeras agencias del sistema de las Naciones Unidas con directrices
operativas para los pueblos indígenas. En dos de sus principales
conclusiones señalaron que todos los organismos competentes del sistema de
las Naciones Unidas deben establecer centros de coordinación para los
temas indígenas, se debe garantizar la participación de los pueblos
indígenas en los órganos legislativos y de decisión en el sistema de las
Naciones Unidas y no diseñar ninguna directriz operativa sin su consulta
previa. Dicho informe contiene un primer balance del examen y evaluación
de las directrices operativas de las agencias especializadas de la ONU y
será el cimiento fundamental que nos señale nuevos rumbos y alternativas
del desarrollo, desde la perspectiva y visión de los pueblos indígenas del
mundo.
Sexto: La reflexión del derecho al autodesarrollo de los pueblos, es un
campo relativamente nuevo en el horizonte de los derechos humanos. El
derecho humano al desarrollo, implica la plena realización del derecho de
los pueblos a la libre determinación. El postulado anterior plantea uno de
los principales desafíos de debate político en los próximos tiempos.
Séptimo: Cumplir con los grandes retos y desafíos del Foro Permanente,
implicará que el sistema de las Naciones Unidas, otorgue una mayor
prioridad al tema indígena y comprometa recursos financieros para mejorar
las condiciones de vida de los pueblos indígenas. Exhorto a los diversos
organismos de cooperación internacional y a los gobiernos del mundo, a
destinar un mayor presupuesto para fortalecer el trabajo del FP.
Octavo: El Foro Permanente privilegiará su enfoque operativo y lo debemos
diseñar como una guía práctica para la acción. Pasar de la palabra a la
obra. A todos nos exigirá nuevos estilos de trabajo con enfoques
innovadores. Sus frutos deben contribuir al desarrollo para mitigar el
hambre, una instancia para consolidar la paz en el mundo y un factor que
genere estabilidad, tanto en el ámbito local como a escala global. El
establecimiento del FP debe ser un proceso gradual de construcción de
confianza y comprensión mutua entre los pueblos indígenas, las Naciones
Unidas, Estados y los diversos organismos de cooperación internacional.
Crear una agenda común para la coexistencia pacífica, representa un
desafío que evitará la explosión de conflictos étnicos en el mundo. Si el
FP fracasa, fracasamos todos. A nadie conviene correr ese riesgo.
Noveno: El proceso de reforma en la ONU, ofrece una oportunidad para
establecer un mecanismo que fortalezca la participación indígena en las
Naciones Unidas. Parte del éxito, dependerá en gran medida, de la fuerza,
creatividad, compromiso, imaginación, experiencia y el talento de los
pueblos indígenas. Aprovechemos esta gran iniciativa mundial que nos llama
a la unidad, a la cooperación y a la solidaridad internacional.
Muchas gracias a todos.
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